31/10/07

Un tren a Jose Leon Suarez

Llegue a la estación Carranza cerca de las 7:30, la idea era tomar el tren a José León Suarez, bajarme en Migueletes, partido de San Martín, para tener una entrevista por un trabajo. Estaba nublado, lo cual esta bueno por que el calor a veces se pone denso. En el anden de la estación avanzaba sin mucho animo por las paginas de Wasabi, de Alan Pauls, preguntándome cuantas minas se habría levantado con ese librito. Por el rabillo del ojo la vi, rubia, bajita, el pelo recogido en una cola de caballo(eso me mata), linda cola, lo usual. Sonreía. Un momento, me pareció o me sonreía a mi?. Desde que se me rompieron los lentes no veo lo que hacen los ojos de las personas a mas de 3 metros de distancia. Me pareció que me miraba, con mucho disimulo observo a mi alrededor. Hay unas 10 o 12 personas en el anden, ninguna a mis espaldas. Mmmm . Vuelvo al libro, tranquilo, me hago el boludo, si me tirò onda y hago como que no la vi quizás haga algo mas evidente. Otro vistazo. Ahí esta, mirándome de vuelta. Esta vez no tengo dudas. Levanto una ceja (gesto que me tomo varios años desarrollar) y estiro la comisura derecha de mi boca. Es un recibido bastante claro, por lo menos eso creo yo. Si, ya se, las mujeres me ponen nervioso, la mayoría de las veces me comporto como un idiota cuando quiero impresionar alguna. Sin embargo, siempre hay posibilidades de alcanzar nuevas cimas.
Viene el tren, la veo acercarse, viene hacia mi." ¿Este es el tren a José León Suarez?"me pregunta. Mirada picara, cristalina. Sonrisa medida. El tono de voz es suave, no eleva el volumen pese al bochinche del tren, sin embargo se la escucha claramente. " Si, claro" le contesto con confianza. Se puso en evidencia con esa pregunta, cuantos trenes pueden pasar por acá? solo uno. Entramos juntos al tren. Nada de abalanzarme sobre ella, me paro cerca pero no demasiado. Busco en el paisaje urbano algo que comentar, si espero demasiado sera muy tarde y puedo quedar en off side. El tren que viene por la otra via rebalsa de gente que viene de la provincia a trabajar a la Capital. El nuestro va casi vacío, 4 o 5 personas paradas y nada mas. "Parece que agarramos el tren correcto" le digo, "mira si viniéramos en ese". Flojo, ni lo suficientemente gracioso ni minimamente interesante. Me mira por un segundo, " Si, un horror" , contesta, y clava la vista en la ventanilla. Me quiere hacer trabajar parece. El tren avanza, pasa Colegiales. Le comento que voy a San Martín, por un trabajo, que es la segunda vez que tomo ese tren. Demuestra un interés medido. Es una chica educada. Hago el personaje de recién llegado a Buenos Aires, suele funcionar cuando quiero despertar empatia. Parece funcionar. La conversación sigue, fragmentada, sin un rumbo demasiado fijo. Estoy a 100 años luz de quedar en posición como para pedirle su teléfono. Tengo que inventar algo . Pasa Belgrano R. Siguiente estación, Drago. Pero Drago no aparece, en su lugar llega la estación Saavedra. Raro, recuerdo haber memorizado las paradas cuando viaje el lunes. Reviso el recorrido que esta encima de las puertas del vagón. Ahí lo veo. Hay un tren que no va a Suarez, sino a Mitre. Y parece que estamos en el. Mierda.
Ok, podría bajarme en la próxima parada sin decir nada. Soy grandecito y no me voy a perder por mas que no sea de Buenos Aires y que no lleve mi guia T encima. Pero yo le dije a este bombón que este trencito iba para Suarez. Y ella ni siquiera ha notado el cambio de paradas. Va confiada, tranquila. Mierda. Si me bajo del tren sin decirle nada soy una basura. " Parece que nos equivocamos de tren" le digo, "je je" agrego, rogando que de alguna manera le resulte gracioso. Voy a llegar tarde a mi entrevista, pienso. Me mira, sonríe apenas como tratando de entender un chiste demasiado fino. Le señalo el gráfico sobre la puerta, "Dos trenes, una via, quien lo diría no?". Mira para arriba, mira para abajo, me mira. Esta blanca. "En serio? Me estas jodiendo?". Las posibilidades de que acabemos en un café de la Gral Paz riéndonos de la confusión parecen alejarse a toda maquina. Se le llenan los ojos de lágrimas. "Estas llegando tarde?" le pregunto, solo para darle la oportunidad de descargarse conmigo. "Si" dice sin mirarme. Salimos del tren en la siguiente estación, abre su celular , la escucho putear en varios idiomas, debe estar hablando de mi, y de mi hermana, y de mi vieja, etc. Averiguo que colectivo nos puede llevar a migueletes, el 21. La alcanzo y trato de explicarle. La cagada ya esta echa, vamos a tomar el colectivo, a lo sumo vas a perder 15 minutos. No me contesta, pero camina conmigo por debajo de la Gral Paz, subimos el terraplén y alcanzamos la parada. El colectivo, piadoso, tarda medio minuto en aparecer. Ella, con su cristalina voz, le pregunta al chofer antes de subir"es cierto que va hasta Migueletes?" . Tengo menos credibilidad que cuando conté en la escuela que había visto un unicornio. "Yo pago" le digo. Sigue sin mirarme. Antes de bajarme le pido disculpas una vez mas. Asiente con la cabeza y nada mas.
Tuve mi entrevista y no me fue mal. Volví en un tren mas lleno a Capital. Llegue a casa y me puse a escribir esto. No se como se llamaba. Ni si la volveré a ver. Recuerdo la picardia en su mirada y el tono de su voz. La forma en que llevaba su pelo atado, como a mi me gusta.
Ser un idiota requiere cierta practica, uno simplemente lo hace una y otra vez hasta que logra transformarlo en un habito. Luego se olvida, hasta que alguien te lo recuerda. Y asi es como se va otro tren. A Jose Leon Suarez o a donde sea. Llevandose la promesa de una mirada, y todo mi orgullo.