16/9/07

53029

Yo fui el socio 53029. La biblioteca de Mar del Plata, ya que estamos en tema, es el Centro Cultural Juan Martin de Pueyrredon, despues de haber pasado por la Biblioteca Municipal de Unquillo y la Biblioteca Popular de Alto Alberdi, en Cordoba(donde aprendi de un exquisito libro las mejores formas de aproximarse a un bombardero bimotor en el caso de que uno vuele un Spitfire y haya uno de esos en las inmediaciones) , lo primero que hice al volver a mi ciudad natal fue ir corriendo a hacerme socio de la biblioteca. Y me dieron ese numerito.53029. Alli te hacian llenar una papeleta de colores con los datos del libro que retirabas. Las guarde por años, no tengo ideas cuantas fueron, pero si me acuerdo que cuando llenaba un carnet con los libros prestados, y tenia que tramitar uno nuevo, le pedia encarecidamente al empleado que me dejara el viejo carton lleno de recuerdo. Siempre la misma mirada sospechosa, siempre me tachaban el carnet por todos lados y le arrancaban una parte y lo cruzaban con un fibron. Nunca pregunte si habia tenido lugar alguna vez algun intento de robo de algun libro con un carnet ostensiblemente lleno como eran los mios. No lo se. Pero en este paìs la sospecha corre carreras con la paranoia. Diez carnets llene, y los tenia guardados tambien. El primer libro que retire de la biblioteca fue la biografia de Napoleon de Edmound Rostand. Esa curiosidad marco mi relacion con el pequeño corso para toda mi vida. La sala de novelas se convirtio en mi segundo hogar. Raymond Chandler, Agatha Cristie, Ursula le Guin, Michael Morkoock,James Clavel, Isaac Asimov, en mis mejores amigos. Alli encontre a Tolkien, y mi vida cambio para siempre. En ese lugar me sentaba, a veces sin ningun libro en la mano, a pensar en los por que de mi vida. Cuando me rateaba del colegio me iba a la biblioteca, a esperar la hora de volver a casa, acompañado por Tennyson, o Whitman. Cuando me senti solo, alla por los 16 años, mis dedos chocaron con el lomo de El Puente hacia el Infinito, de Richard Bach. Y ya no me senti solo nunca mas. Mucho antes de entender lo que era el amor me enamore de Anne de Green Gables, de Lucy Montgomery. Cuando todavia no tenia edad para hacer la colimba ya habia leido Historia de la Segunda Guerra Mundial, de Winston Churchill. Sthepen King me dejo sin aire y fue el primero que me hizo pensar en lo lindo que seria escribir. Mary Higgins Clark le puso el sobrenombre a mi hermano que aun lleva a su pesar, sparrow. Y asi fue pasando el colegio secundario, con la facultad llego la novedad de leer por obligacion, y ya me vi menos apto. Deje la biblioteca y ya no volvi. Cuando queria un libro lo compraba.
Hace poco volvi a la Biblioteca Popular de Alberdi. Producto de una de mis ultimas mudanzas precipitadas encontre que varios de los libros que me han ido acompañando por todo el pais en estos ultimos años no podrian hacer el ultimo viaje. No podia tirarlos y no queria venderlos, asi que decidi donarlos. Casi 50 libros lleve. El muchacho que me atendio en la biblioteca cobra un plan trabajar, o el equivalente cordobes. Me pidio disculpas y me dijo que no podia aceptar mi donacion por que no tenia tiempo para inventariarla ni clasificarla. Me sugirio que la llevara a otra parte. Yo queria decirle que no sabia con quien hablaba,que estaba donando desinteresadamente una parte de mi cuerpo, que yo habia estado en esa misma biblioteca cuando el no sabia leer, que esos libros le podian cambiar la vida a alguien, a alguien como el, a alguien como yo, etc,etc. Sin embargo no le dije nada. Me sente en un escritorio y durante casi dos horas inventarie y clasifique todos mis libros. le hice firmar un recibo y me fui, no sin antes separarselos por tema. Quien soy yo acaso? que represento? Nada. Solo soy el mensajero. Soy un numero, por que la gente pasa, son los libros los que quedan, tocandonos en la frente, corriendonos el flequillo y diciendonos, " es por alla pibe, la vida es por alla". Y tienen razon, para ellos, yo solo soy el 53029 .Para mi, ellos son todo.

10/9/07

El rastro del Unicornio


Recuerdo exactamente como empezó. Yo era socio de la biblioteca municipal de Unquillo, eramos pocos en realidad. Era un lugar bonito y pequeño, al fondo de un camino de tierra, casi escondida, cerca del cetro del pueblo. Tenia 12 0 13 años y atravesaba por una fase medio mitológica, con algún libro de ursula K. Le Guin, mucho conan, y otras cosas por el estilo, faltaban varios años todavía para llegar al Señor de los anillos y otras sagas. En aquel momento encontrè un libro fantástico, bellamente ilustrado, integramente dedicado a los unicornios. Todo lo que uno necesita saber sobre ellos estaba ahì, razas, aspecto Gral,orígenes, encuentros con humanos, etc. pero lo mas importante estaba al final del libro. Una guia practica, sencilla, y muy completa sobre como rastrear unicornios. Por supuesto que no era una tarea fácil, pero las posibilidades estaban a mi favor,vivía en una zona serrana, con lugares cercanos que yo imaginaba vírgenes aun. Mentiría si dijera que lo pensé demasiado. Había llegado el momento de ir por mi unicornio. Asi que formamos una partida de caza. Íbamos Moises( si, así se llamaba, y se sigue llamando), su hemano Alan, el Gordo Villa, mi hermano y yo. Yo era el líder de la expedicion naturalmente, llevaba conmigo el libro de la biblioteca y toda una serie de cosas imprescindibles para cazar unicornios, mi navaja del ejercito suizo, un mapa político de la argentina, por si nos perdíamos, una vieja cámara de fotos, que puso el gordo villa para inmortalizar el inmortal momento y un ovillo de lana, substraído de las cosas de mi abuela, a fin de sujetar a la bestia. La mamà de moises se ofreció a hacernos la vianda para el viaje, ya que nuestra expedición partiría de su casa que era la mas alejada del pueblo y la mas metida en la sierra. La mama de moises, ya se lo irán imaginando era muy especial, como vianda nos preparo una olla de arroz integral, si, olla, se entiende? no un tapper, o varios tappercitos, no, nos dio la olla y seis tenedores. y nosotros no habiamos traido otras provisiones. Así que no hubo alternativa, tuvimos que escalar la sierra llevando la olla con nosotros, la cual tenia que ser cargada por dos integrantes del grupo para que cada uno tuviera una mano libre para la subida. Decidí ignorar el acto de sabotaje y presione para seguir adelante con la misión, alcanzamos la cima de la cañada para mediodia, yo supuse que alejarnos unas tres horas del limite del pueblo, en subida, nos pondría cercas de la zona donde probablemente habría algún unicornio. Mi libro era muy claro al respecto, la mejor forma de seguirle el rastro era por sus excrementos. Si, bosta de unicornio. Habia que ser muy cuidadoso para no confundirla con bosta de caballo, mas abundante y con rastros de tallos, los unicornios solo comen las hojas, o la de vaca, de olor mas penetrante y textura distinta. No empecé a revolver excremento sino hasta después de comer, prevision que me pareció profesional tomar. Mi equipo buscaba bosta y me avisaba, yo me acercaba con mi libro, enfundada la mano en una bolsa, y con un palo rompía los terrones de excremento buscando restos de tallos o comparando texturas. También examinamos huellas,debían ser sin herrar para tratarse de un unicornio, y hasta montamos un puesto de observacion y esperamos un buen rato, por si alguno pasaba cerca de lo que a mi me parecía, tenia chances de ser un buen pedazo de bosta de unicornio.
Cuando bajamos aquella tarde no traíamos un unicornio con nosotros. De alguna forma logro evadirse de nuestra búsqueda, supongo que seguirá por allá, riéndose, y defecando por ahí. Yo no pude convencer a nadie de hacer un segundo intento, propuse hacer una expedición de dos días para aumentar nuestras posibilidades pero me encontré con el argumento irrefutable de que dormir en la montaña incrementaba las posibilidades de encontrarse con el abominable hombre de las nieves en ves de un unicornio. Reconozco que quizás cedí demasiado rapido, devolví el libro a la biblioteca sin dar demasiados detalles de lo que habían estado tocando esas manitos. Pensé en otra cosa durante un tiempo. Dos años mas tarde me fui para siempre de ese pueblo. Primero a Córdoba, después a Mar del Plata, donde todo mundo sabe que no hay unicornios. Sin embargo me quedo esa sensacion de haber estado cerca, de que ellos me vieron y me recuerdan. Que me espían, por las esquinas, disfrazados de caballos de cartoneros o de policía montada. Esperando el momento de que me ponga de nuevo en movimiento, que reinicie la búsqueda. Que habrá otra vez el baúl de cazador y saque mi navaja, mi mapa y mi ovillo de lana. He escuchado que han aprendido a tapar sus excrementos con tierra, no importa, creo que puedo seguirlos por el olor de su orina.
Siganme, creo que nos espera la fama y la fortuna, eso si,que alguno se traiga unos sandwichs por favor.

3/9/07

Hotel Madrid


Quien lo diria, aca en Buenos Aires tambien hay un Hotel Madrid. No entre a preguntar, pero seguro ha de haber una habitacion 401 tambien. Me pregunto si tambien estaras vos ahi, esperandome, aunque marzo queda lejos. Todavia pienso, a veces, si soñe con tu voz diciendome "quiero hacerte el amor". Por que a la distancia, quizas hubiera sido mejor que fuera un sueño. Yo me rei, por que yo siempre me rio, y te dije"si, seria lindo", ya sabes, siempre fui un poco lento para estas cosas. Pero vos no te reiste, solo me miraste, muy seria" no, no entendes, quiero hacerte el amor". De a poco se fueron poniendo en funcionamiento los pesados engranajes de mi cerebro. Para ese momento ya estabamos en la calle, y vos me llevabas de la mano, como un chico, y yo me dejaba llevar, docilmente. Y fue un Hotel Madrid, y una habitacion 401. Y quedamos a la vera del mundo, por un tiempo que no alcanzo a precisar cuanto fue.

No se si te dije, que nunca me olvido de aquella noche. Pese a que vos sigas buscando la eterea felicidad que da el eterno resplandor de una mente sin recuerdos, esa noche no desaparece. Por que sigue habiendo noches, y sigue habiendo Hoteles Madrid, y sigue habiendo, a nuestro pesar, habitaciones 401.